Hoy vamos a resumir el libro “Como piensan los ricos” de Morgan Housel, quien plantea 18 claves sobre la riqueza, y también sobre la felicidad.
El autor nos hace diferentes casos de estudios, por ejemplo desde el improbable filántropo Ronald James Read –que trabajó un cuarto de su vida en una estación de gasolina, y otro tanto barriendo los pisos en una tienda de la cadena JCPenney, sin nunca mudarse de su modesta casa de tres ambientes, pero al morir dejó US$2 millones a sus hijastros y US$6 millones al hospital y a la biblioteca de su pueblo–, al genial ejecutivo Richard Fuscone quien patentó a los 25 años el router del wifi, pero terminó en la ruina porque dilapidaba su fortuna, incluso jugando a tirar monedas de oro al mar y comprándose lujosas mansiones.
La riqueza no es fruto de nuestra inteligencia, talento o trabajo. Es fruto de nuestro comportamiento.
Veamos las 18 claves sobre sobre la riqueza y la felicidad.
CLAVE 1. NADIE ESTÁ LOCO
Morgan housel nos dice que la gente hace algunas locuras con el dinero, pero nadie está loco. La gente de diferentes generaciones, criada por padres distintos con ingresos y patrimonios diferentes, de diferentes partes del mundo y nacida en economías distintas, que vive mercados laborales diferentes y que experimenta diversos grados de suerte, aprende lecciones muy diferentes.
La visión que cada uno tiene del dinero ha sido formada en mundos diferentes. Y por ello, lo que a un grupo de personas le parece escandaloso, es perfectamente sensato para las demás.
Según el autor: Cada decisión que la gente toma con respecto al dinero puede justificarse por la información que cada uno tiene en determinado momento y su manera única de entender cómo funcionan las cosas. Cada decisión tiene sentido para esa persona en ese momento.
El ejemplo más claro que propone Housel es el de la lotería. La mayoría de la gente que juega es pobre. En los Estados Unidos, los hogares con menos ingresos destinan un promedio de US$412 anuales en billetes de lotería, cuatro veces lo que gastan en ese pasatiempo los hogares de ingresos altos. El 40% de los estadounidenses asegura no poder conseguir US$400 ante una emergencia; en gran medida, se trata de las mismas personas que invierten ese dinero en juegos de azar. A algunos puede parecerles una locura, pero cuando todas las perspectivas parecen fuera de nuestro alcance, ¿es tan descabellado pagar por un sueño?
CLAVE 2. SUERTE Y RIESGO
La suerte y el riesgo son las dos caras de la misma moneda.
En el éxito de una estrategia existe una parte que depende de las buenas habilidades y decisiones, y otra que depende de la pura suerte. ¿Qué porcentaje corresponde a cada una? No es posible saberlo.
Curiosamente, solemos pensar que aquellos negocios que fueron mal a otras personas fracasaron por falta de habilidades. En cambio, cuando es a nosotros a quienes nos va mal el negocio, tendemos a pensar que es por mala suerte más que por mala praxis.
Por otro lado, resulta peligroso fijarse en los casos de personas extremadamente exitosas. Es muy probable que en el éxito de esos casos la suerte haya tenido un peso incalculable, y por tanto no es buena idea intentar aplicar la misma estrategia a nuestra vida. Es preferible centrarse en los patrones que cumplen las personas moderadamente exitosas.
Un gran ejemplo que nos da el autor es de Bill Gates. El creador de Microsoft estudió en Lakeside, una de las pocas secundarias que a fines de los 60 tenía una computadora. Él y sus amigos Paul Allen y Kent Evans se obsesionaron hasta volverse expertos en el aparato. Las estadísticas dicen que Gates y sus amigos eran 3 en un millón de los jóvenes que en 1968 tenían acceso a una educación de calidad, dinero y las condiciones que permitieron que aprendieran computación antes que sus pares. Gates reconoce: “Sin Lakeside, no habría existido Microsoft”. Evans tenía la misma habilidad con las computadoras, era, según Gates, el mejor alumno de la clase, “podría haber sido socio de Microsoft” junto con sus amigos. Pero murió en un accidente de montaña antes de terminar la secundaria. “Bill Gates tuvo la suerte de uno en un millón, Kent Evans experimentó el riesgo de uno entre un millón. La misma fuerza, en sentidos opuestos”, escribe Housel. Moraleja: hay que darle a la suerte y al riesgo el respeto que merecen. El propio Gates dijo: “El éxito es un mal profesor, seduce a personas inteligentes y logra que piensen que no pueden perder”. La psicología es traicionera, y “nada es tan bueno ni tan malo como parece”.
CLAVE 3. NO TENER NUNCA SUFICIENTE
“No hay motivo alguno para arriesgar lo que se tiene y se necesita por algo que ni se tiene ni se necesita”.
4 cosas que conviene tener en cuenta según Morgan Housel son:
- La habilidad financiera más difícil de conseguir es que la meta deje de moverse. La cosa se pone fea cuando la ambición crece más rápido que la satisfacción.
- El problema es la comparación social: siempre podrás compararte con alguien que tenga más que tú. Hay que intentar convencerse de que lo que tienes es suficiente, aunque sea menos que el de al lado.
- “Suficiente” no significa demasiado poco. «Suficiente» es darse cuenta de que lo opuesto (un insaciable apetito por tener más y más) te llevará al arrepentimiento.
- Hay muchas cosas por las que no merece la pena arriesgarse, independientemente de las ganancias potenciales. La reputación, los seres queridos y la felicidad tienen un valor incalculable. La mejor manera de mantenerlos es dejar de seguir asumiendo riesgos que puedan llegar a dañarlos.
El ejemplo más triste en este sentido es el célebre estafador Bernie Madoff, que murió en la cárcel en abril de este año. Lo que se suele omitir sobre él, señala Housel, es que “antes del esquema Ponzi que lo hizo famoso, Madoff era un empresario con toda legitimidad y un éxito espectacular”. ¿Por qué alguien con un patrimonio de cientos de millones de dólares puede desear tan desesperadamente tener más dinero, al extremo de arriesgarlo todo? La respuesta es que no supo ver que ya tenía suficiente. Parece obvio, pero no hay motivo alguno para arriesgar lo que tenéis y necesitas por lo que no tenéis y no necesitas. De nuevo, no es la economía, sino la psicología, estúpido.
CLAVE 4. LA CONFUSIÓN DEL INTERÉS COMPUESTO
El autor nos habla de Warren Buffet, quien debe la mayor parte de su fortuna a que empezó a invertir a los diez años. Su caso ilustra muy bien cómo el tiempo que llevemos invirtiendo es clave para que podamos apreciar el efecto del interés compuesto.
Lo más curioso es que este potencial acumulativo del capital no es intuitivo y nos cuesta reconocerlo.
Por eso buscamos rentabilidades altas que al final no son consistentes en el tiempo.
Sin embargo, es mejor encontrar rentabilidades que sean suficientemente buenas y que se puedan mantener y repetir durante tiempos prolongados de tiempo.
Warren Buffett consiguió 81.500 millones de los 84.500 millones de dólares de su patrimonio neto después de cumplir los sesenta y cinco años.
Es decir que fue un buen inversor toda su vida. Si hubiera empezado a invertir a los 30, tal vez pocos habrían oído hablar de él, dice Housel. La lección más poderosa e importante de su historia, según él, debería ser “cállate y espera”.
CLAVE 5. HACERSE RICO FRENTE A CONSERVAR LA RIQUEZA
A la hora de invertir bien es más importante no equivocarse que tomar buenas decisiones.
La supervivencia es clave cuando hablamos de dinero, pues es la que permite invertir el tiempo necesario para generar beneficios. Por ello:
- Más que grandes beneficios, quiero ser financieramente irrompible. Así será como realmente obtendré los mayores beneficios, pues conseguiré aguantar lo suficiente como para que reinvertir de frutos.
- Planificar… pero la parte más importante del plan es tener en cuenta que quizás las cosas no vayan como planeaste. Cuanto más flexible sea tu plan financiero, más posibilidades de que acabe saliendo bien.
- Una personalidad equilibrada (que sea optimista sobre el futuro, pero paranoica sobre lo que está por llegar) es vital. Necesitamos esa obsesión por el corto plazo para mantenernos a flote lo suficiente como para explotar esa situación optimista del futuro.
Warren Buffett. ¿Qué lo distingue? No se dejó llevar por el endeudamiento, no cedió al pánico y no vendió en ninguna de las catorce recesiones que vivió; no manchó su reputación empresarial, no dependió del dinero de otros, no terminó quemado por el trabajo y no se retiró. Warren Buffett es un sobreviviente. Y, para sobrevivir, tienes que ser financieramente irrompible, planificar y tener una personalidad equilibrada.
CLAVE 6. CRUZ, TÚ GANAS
Los extremos (o largas estelas, como a Morgan Housel le gusta llamarlos) son el tramo final de una distribución, y tienen enorme importancia en las finanzas.
Todo lo que es gigante, rentable, famoso o influyente es el resultado de un «evento extremo». Estos extremos son increíblemente escasos, unos pocos de entre un millón de casos, y aún así acaparan buena parte de nuestra atención.
Cuando solo nos fijamos en casos tan exitosos, es fácil infravalorar lo raros que son.
George Soros dueño de más de 8300 millones de dólares, y con más de 32.000 millones en donaciones, nos dejó esta frase:
«Lo importante no es si aciertas o te equivocas sino cuánto dinero ganas cuando aciertas y cuánto pierdes cuando te equivocas.» Puedes equivocarte la mitad de las veces y, aun así, ganar una fortuna.
Muchos recuerda a George Soros por lo que paso en 1992, año en el cual ante un escenario desfavorecedor para Reino Unido en torno a su incorporación al Mecanismo de Tipos de Cambio Europeos, precisamente, con un tipo de cambio elevado respecto al marco alemán y ante el inminente cambio en las tasas alemanas, Soros decide comprar posiciones en corto, en contra de la libra esterlina.
De la noche del 15 a la mañana del miércoles 16 de septiembre de ese mismo año, por medio de su fondo Quantum, venden $10,000 millones de dólares en libras esterlinas, provocando la peor devaluación de la historia inglesa. Con este movimiento, Soros obtuvo ganancias cercanas a los mil millones de dólares en un solo día. Ese día es recordado como el “miércoles negro”.
CLAVE 7. LIBERTAD
Como dice Morgan Housel lo más importante que puede proporcionar el dinero es la posibilidad de hacer lo que quieras, cuando quieras, con quien tú quieras, durante todo el tiempo que quieras.
El nivel supremo de riqueza, escribe Housel, “es levantarte a la mañana y decir: ‘Hoy puedo hacer lo que me dé la gana’’’.
Cuando le preguntaron al emprendedor Derek Sivers cómo se hizo rico, contó: “Yo ganaba US$20.000 al año, el salario mínimo. Nunca comía fuera de casa y nunca tomaba taxis. Mi costo de vida era de unos US$1000 al mes, y ganaba 1800. Hice esto por dos años, a los 22, y ahorré US$12.000. Con eso ya podía dejar mi trabajo y empezar a dedicarme a la música a tiempo completo. Así que era libre. Al mes siguiente, dejé el trabajo y nunca he vuelto a tener ninguno”.
Al terminar de contar la historia, le pidieron que siguiera: “¿Cómo? ¿Y qué pasó cuándo vendiste tu empresa?”. Pero Sivers dijo que eso no supuso una gran diferencia en su vida, sólo más dinero en el banco. “Lo que marcó la diferencia, ocurrió cuando tenía 22 años”, dijo.
CLAVE 8. LA PARADOJA DEL HOMBRE Y EL COCHE
Comprar cosas caras como un coche de lujo o simplemente querer riqueza para impresionar a los demás o buscar admiración al final no sirve de nada.
Humildad, amabilidad y empatía te harán mucho más respetado que cualquier bien físico que puedas comprar.
El propio autor trabajó en su juventud estacionando autos en un garage, donde aprendió una verdad en la que pensamos poco: cuando vemos a alguien manejando una Ferrari o un Rolls-Royce, rara vez decimos “¡Qué tipo tan genial el que va al volante!”. Por el contrario, podemos llegar a pensar: “Si yo tuviera ese coche, la gente pensaría que soy genial”.
CLAVE 9. LA RIQUEZA ES LO QUE NO SE VE
Puede parecernos que el que va con un ferrari de 300.000$ es rico. Sin embargo, muchos de esos que van con estos coches han gastado buena parte de su dinero o incluso han llegado a endeudarse con tal de poder ir presumiendo de ser rico.
También resalta que la gente verdaderamente rica normalmente lleva una vida discreta y por tanto pasa desapercibida lo que hace que sea un modelo muy difícil de imitar ya que no se ve.
Por ello no merece la pena juzgar el éxito de los demás solamente por las apariencias.
“Riqueza son los activos financieros que aún no se han convertido en cosas que se ven”, explica Morgan Housel
Morgan Housel nos cuenta una anécdota de la cantante Rihanna, que llegó a estar al borde de la quiebra por gastar demasiado y demandó a su asesor financiero. El contador respondió: “¿De verdad hacía falta explicarle que, si gastás dinero para comprar cosas, al final vas a tener las cosas pero no el dinero?”.
El traspié de Rihanna con sus finanzas nos dice que no es obvio que gastar plata hace que tengamos menos plata, y que sí hace falta contarle eso a la gente. Cuando la mayoría dice que quiere ser millonaria, lo que en realidad quiere decir es: “Me gustaría gastar un millón de dólares”. Y eso, aclara Housel, es literalmente lo contrario de ser millonario.
Clave 10 AHORRAR
Housel sostiene que, superado cierto nivel de ingresos, hay tres tipos de gente: los que ahorran, los que creen que no pueden ahorrar, y los que no creen que deban ahorrar.
No podemos controlar si habrá una subida salarial, no podemos controlar cómo irán nuestras inversiones pero siempre podemos intentar ahorrar.
Acumular riqueza depende más de nuestra tasa de ahorro que de nuestro salario.
Se trata de ser feliz con menos dinero y llevar un estilo de vida que no aumente si nuestros ingresos aumentan. Esto conlleva una lucha incesante entre lo que quiere nuestro ego y nuestros ingresos.
Al reducir los deseos de nuestro ego también vamos a conseguir ahorrar más.
Aunque no es necesario tener objetivos para ahorrar, sí conviene conocer su inmensas ventajas, por ejemplo obtener mayor control de nuestro tiempo. Esto nos otorga en nuestra vida más opcionalidad y más flexibilidad.
Todo esto es un efecto invisible de la riqueza.
CLAVE 11 MEJOR RAZONABLE QUE RACIONAL
Si sabemos que la fiebre es un mecanismo de defensa del organismo frente a la infección, lo racional sería dejarla estar. Sin embargo, somos humanos y no nos gusta sufrir; es razonable tomarnos una pastilla en cuanto aparezca y así ahorrarnos el mal cuerpo.
También en finanzas es mejor ser razonable que ser racional.
Somos humanos y no frías hojas de cálculo o fórmulas matemáticas.
Las emociones son más importantes a la hora de administrar nuestro dinero y hay multitud de ejemplos que demuestran la fragilidad de lo racional en este ámbito.
No olvidemos que hasta un genio matemático como Isaac Newton sucumbió a una burbuja bursátil.
Clave 12 ¡SORPRESA!
Como decía el filósofo griego Heráclito de Éfeso, “el cambio es lo unico que permanece”.
Muchos inversores caen en la trampa de fijarse en el pasado y usarlo como guía del futuro, en un campo en el que el progreso y la innovación son una parte vital del mismo.
Cuando al psicólogo experto en teoría de las decisiones Daniel Kahneman le preguntaron cómo deberían responder los inversores ante la imposibilidad de pronosticar con precisión, sostuvo: “Solemos decir ‘Nunca más voy a cometer ese mismo error’. Pero lo que deberíamos aprender cuando cometemos un error porque no anticipamos algo, es que es difícil anticiparse al mundo. Esta es la lección acertada que hay que aprender de las sorpresas: que el mundo está lleno de sorpresas”.
Clave 13 EL MARGEN DE ERROR
La parte más importante del plan es aquella que planifique para cuando el plan no vaya según lo planificado.
O dicho de otra manera, a la hora de gestionar bien nuestro dinero debemos contar con un margen de error suficiente para cuando vengan mal dadas.
En una vida plagada de incertidumbres y llena de probabilidades (y no de certezas), el margen de seguridad es la única forma de navegar seguro.
Finalmente si los resultados son mejores de lo esperado entonces nos alegraremos mucho más. Como señala Charlie Munger, “la mejor manera de alcanzar la felicidad es mantener bajas las expectativas”.
Clave 14. VAS A CAMBIAR
A la hora de gestionar nuestro dinero debemos saber que nuestros objetivos financieros cambian a lo largo de nuestra vida.
Esto es importante ya que existe un sesgo psicológico por el que tendemos a subestimar lo que vamos a cambiar en el futuro. Y esto puede afectar a nuestras inversiones a largo plazo.
Según Morgan Housel una solución a este problema es evitar los extremos ya que facilitará la perseverancia y reducirá remordimientos futuros.
Clave 15. NADA ES GRATIS
“Todo tiene un precio, aunque no todos los precios vengan con una etiqueta”, escribe Housel.
Esto es importante en la psicología del dinero ya que el precio de invertir a largo plazo es una mezcla de diversos factores como la volatilidad, la incertidumbre, el miedo, los remordimientos y las dudas.
Al invertir es mucho mejor ver este precio como una tarifa (y no como una multa) a cambio de obtener rentabilidades mayores en el futuro.
Los beneficios que puedas obtener invirtiendo nunca serán gratis. Siempre irán acompañados de un riesgo que debes asumir. El truco está en pensar en ese riesgo como un precio más que debes pagar y en convencerse de que merecerá la pena.
En 2004, General Electric era la compañía más grande del mundo, tras oscilar entre el primero y el segundo puesto durante una década. Pero la crisis de 2008 devastó su división de finanzas y provocó millones de pérdidas. Las acciones de General Electric pasaron de valer US$40 en 2007, a 7 en 2018. Las culpas recayeron sobre quien había sido su director ejecutivo desde 2001, Jeff Immelt, que fue criticado por su liderazgo, sus adquisiciones, por recortar dividendos, por despedir trabajadores y, por supuesto, por el desplome del precio de las acciones. Y era justo, según Housel: quienes son recompensados con una riqueza inconmensurable cuando las cosas van bien, deben soportar la carga de la responsabilidad también. Cuando Immelt renunció a su puesto, en 2017, dijo a sus críticos algo esclarecedor: “Cualquier tarea parece fácil cuando no eres tú quien la lleva a cabo”. Y tenía razón: su sucesor duró poco. La mayoría de las cosas son más complicadas en la práctica que en teoría. En parte porque, aunque digamos lo contrario, la mayoría padecemos de ese exceso de confianza que hace armar seleccionados mundialistas desde una mesa de café. Pero sobre todo, porque no sabemos identificar cuál es el precio del éxito, y eso nos impide ser capaces de pagarlo.
Clave 16. TÚ ERES TÚ Y YO SOY YO
En este capítulo Morgan Housel hace hincapié en las diferencias de horizonte temporal, objetivos y estrategias que existen entre personas.
Al invertir no deberíamos dejarnos arrastrar por personas que estás jugando a un juego diferente al nuestro.
Pero lo primero para nosotros como inversores es identificar el juego al que estamos jugando.
Las diferentes estrategias de inversión están determinadas por objetivos y horizontes temporales muy distintos entre personas que afectan a la psicología del dinero.
Cuando las acciones de Cisco aumentaron el 300% en 1999, pagar US$60 por acción no parecía un disparate para los inversores a largo plazo pese a que el valor bursátil de la compañía había llegado a un techo que sí lo era. Pero los operadores que fijaban el precio se hicieron una fiesta, porque estaban jugando a otro juego: pensaban vender sus acciones más caras al final del día. La semilla del desastre estaba precisamente en esos dos grupos de inversores diferentes, sin registro del otro, cuyas trayectorias chocaron. Era imposible que uno de los dos no saliera dañado. La lección más importante entonces, para Housel, es identificar cuál es tu propio horizonte temporal y no dejarte arrastrar por las acciones y el comportamiento de personas que juegan a juegos distintos del tuyo.
Clave 17. LA SEDUCCIÓN DEL PESIMISMO
En cuanto al dinero se refiere, tendemos a ser muy pesimistas. ¿Por qué se presta mucha más atención a las pérdidas que a las ganancias?
– El dinero y la economía es algo que afecta a todos, de forma directa o indirecta. Si hay un huracán en la otra punta del país tú no tienes de qué preocuparte; pero si comienza una nueva recesión en la bolsa estadounidense, sí.
– Los pesimistas a menudo extrapolan tendencias del presente sin tener en cuenta cómo se adapta el mercado. Cuando en el 2008 se dijo que las reservas de petróleo se acabarían para antes de 2030, se empezaron a desarrollar nuevas técnicas que permitían extraerlo de sitios en los que antes no resultaba rentable.
– El progreso tarda mucho en generarse, pero se pierde rápidamente. Resulta difícil ser consciente del avance de la medicina en las últimas décadas, mientras que es muy fácil alarmarse y crear drama por un accidente de avión.
En una entrevista con The New York Times en 2004 a Stephen Hawking le preguntaron por qué era siempre tan alegre. Con ayuda de su computadora, el científico, víctima de una enfermedad neurodegenerativa que lo había incapacitado para hablar y movilizarse por sí mismo en su juventud, respondió: “Mis expectativas quedaron reducidas a cero cuando tenía 21 años. Desde entonces, todo ha sido un extra”. La lección, para Housel es sencilla: tener la expectativa de que las cosas van a salir mal, es la mejor manera de estar agradablemente sorprendido –y preparado– cuando salen bien. Y es muy distinto de ser pesimista.
Clave 18. CUANDO VAS A CREERTE CUALQUIER COSA
Las historias son, de lejos, la mayor fuerza que influye en la economía.
En el 2007 nos contábamos la historia de la estabilidad de los precios de la construcción, de la prudencia de los banqueros y de lo precavido que eran los mercados financieros. Cuando en el 2009 nos dejamos de creer esa historia, los intereses de los préstamos subieron, los bancos perdieron dinero y se concedieron menos préstamos, entrando así en un círculo vicioso. La única diferencia entre el 2007 y el 2009 fue la historia que nos creíamos, la misma que nos llevó a la peor crisis de los últimos 80 años.
En un mundo dominado por las historias, debemos tener en mente:
- Nos vamos a creer mucho más aquello que deseamos que ocurra.
- Creamos un relato completo para llenar las lagunas de aquello que no podemos explicar.
Todo ello para hacer frente a la incertidumbre y para que nuestro mundo tenga sentido.
Te invito a ver el resumen animado de 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad, basado en “Como piensan los ricos” de Morgan Housel