Brian Tracy nos muestra cómo usar el proceso de planificación y establecimiento de metas para ayudarnos a lograr o convertirnos en quienes queremos ser. Ayudándonos a desarrollar un pensamiento positivo y aprender en el camino al identificar formas de establecer metas específicas, desafiantes y ambiciosas.
#1. El primer paso para transformar nuestra vida es tener la mentalidad correcta.
Si supiéramos que somos capaces de tener éxito en todo lo que hacemos, ¿qué nos esforzaríamos por lograr? ¿Podemos imaginar lo maravillosas que serían nuestras vidas si este fuera el caso? Bueno, por suerte para nosotros, la realidad no está muy lejos de ellos, siempre y cuando sepamos qué hacer.
El autor cree que la clave para alcanzar casi cualquier objetivo está en la forma en que nos marcamos los objetivos y los afrontamos. Aunque antes de decidir lo que tenemos que hacer, primero debemos decidir lo que queremos hacer. Hace solo cien años, una gran proporción de europeos y estadounidenses trabajaban en el campo.
El principal medio de transporte eran los trenes, que no pueden llegar a todas las ciudades, la mayoría utilizaban caballos o burros. Es casi imposible esperar que un pueblo tenga luces por la noche, sin antibióticos, casi cualquier infección sería fatal, y nunca se les hubiera ocurrido que pudiéramos comunicarnos en tiempo real o ver videos con alguien al otro lado del planeta. .
Todos estos avances, se deben a personas que en algún momento se propusieron revolucionar su campo. Es posible que otros a su alrededor les hayan dicho que era imposible o que no tenía sentido, pero siguieron adelante y ahora, solo cien años después, vivimos en un mundo que no podrían haber imaginado. Según el autor, todo depende de su mentalidad, y si además aprendemos a desarrollar la mentalidad correcta y practicamos algo de disciplina, también podemos lograr casi cualquier objetivo que nos propongamos.
#2. Cómo crear metas efectivas que nos motiven a crecer
El problema al que se enfrenta la gente no es la falta de metas, sino la comprensión de cómo hacer que esas metas sean más efectivas y facilitar el proceso para alcanzarlas. El autor argumentan que debemos considerar seis principios al formular objetivos:
– Específicos: Es importante establecer objetivos concretos que podamos imaginar fácilmente. Es posible que queramos ser «felices», pero ese no es un buen objetivo porque no es lo suficientemente específico. Como dijo Jordan Peterson, a menos que sepamos cuál es el objetivo, no podemos saber si lo estamos alcanzando.
– Medibles: Este principio está muy relacionado con hacerlo especifico, pero va un paso más allá y nos obliga a plantearnos cómo medimos nuestros progresos. En el caso de las metas a largo plazo, la única forma de mantener el impulso necesario para lograrlos es tener una forma de visualizar nuestro progreso y evitar rendirnos cuando nos encontramos con obstáculos. Este enfoque explota el llamado sesgo cognitivo de aversión a la pérdida.
La aversión a la pérdida es una tendencia que tenemos que tener en cuenta de que lo que era nuestro es más importante que lo que todavía no creemos que sea nuestro. Si bien esta tendencia a tener que valorar más lo que hemos perdido y no querer retroceder puede ser una desventaja, la realidad es que, como todo, también podemos aprovecharla.
El truco consiste en utilizar metas pequeñas y trabajar muchas horas cada día. Una vez que comenzamos el proyecto e invertimos tiempo en él, es menos probable que nos demos por vencidos debido a los costos irrecuperables, por lo que es más probable que mejoremos y alcancemos nuestras metas en el futuro.
– De duración determinada: Cuando no tenemos previsto utilizar deadlines, caemos en lo que se llama la Ley de Parkinson, según la cual cualquier tarea para la que no ponemos un plazo se expande infinitamente. Esto se debe a que si no tenemos cuidado, agregaremos más y más detalles para que quede «perfecto», sin darnos cuenta de que a veces estamos perdiendo el tiempo. Esto es contraproducente y nos impide avanzar hacia otras metas. Al planificar con anticipación, podemos aumentar los niveles de productividad entre un 50 % y un 80 %. Siempre y cuando tengamos la disciplina necesaria para poner en práctica nuestros planes.
– Desafiante: Los buenos objetivos nos sacan de nuestra zona de confort. Cada vez que nos sentimos un poco estresados, estamos en una zona de crecimiento. Esta presión nos ayuda a mejorar.
– Alineación con otros objetivos a largo plazo: no podemos correr un maratón mientras iniciamos una nueva empresa y esperar el éxito de ambos. Si nuestros objetivos no están alineados, multiplicamos nuestras posibilidades de fracaso. Si tenemos varios objetivos que son difíciles de coordinar, entonces debemos aprender a priorizarlos.
#3. Cómo asegurarnos de cumplir nuestras metas
Ahora que sabemos la importancia de establecer metas y cómo establecer metas efectivas, es hora de aprender a mantener la motivación necesaria para alcanzarlas. Para ello, el autor recomienda que nos hagamos algunas preguntas.
Primero, debemos saber si queremos que nuestras metas se hagan realidad. Es importante que realmente identifiquemos que es algo que queremos hacer, no algo que nos han «llevado a querer». Según Tracy, es importante entender cómo nos sentimos cuando imaginamos que hemos logrado nuestras metas. Dependiendo de cuán fuerte sea esta emoción, puede tener más o menos sentido ceñirse a una meta.
Debemos creer que debemos alcanzar nuestras metas. Esto debe venir de lo más profundo de nuestras almas, inquebrantable aunque lleve tiempo. A menos que creamos que merecemos lo que merecemos, puede ser difícil para nuestros clientes, amigos, socios o familiares pensar que realmente lo merecemos.
El paso final es saber dónde estamos ahora. A menos que entendamos dónde empezamos y qué habilidades necesitamos aprender, será difícil para nosotros alcanzar nuestras metas. El dominio comienza con saber lo que no sabemos.
Puedes dejarme un comentario sobre este resumen de los 3 pasos para lograr tus metas, basadas en el Libro Metas de Brian Tracy.