#1. Los problemas de hoy surgen de las «soluciones» de ayer.
Los que resuelven un nuevo tipo de problema no suelen ser los que lo causaron, por lo que “pasan de una parte del sistema a otra” sin ser detectados como un problema global.
#2. Cuanto más presionas, más presiona el sistema.
Este proceso se llama «retroalimentación compensadora«. Ejemplos obvios: Engordamos cuando dejamos de fumar, nos hace perder la autoestima y fumamos para reducir el estrés de estar gordos. La madre quería que su hijo viviera en armonía con sus compañeros e interfirió en su vida para que su hijo aprenda por su cuenta y provocó que sus compañeros se alejen.
#3. La conducta mejora antes de empeorar.
La retroalimentación compensadora siempre implica «demora», un paréntesis entre el beneficio a corto plazo y el perjuicio a largo plazo.
#4. El camino fácil lleva al mismo lugar.
Tendemos a aplicar soluciones conocidas a situaciones desconocidas. Como dijo alguien: «Si todo lo que tienes es un martillo, todo problema tiende a convertirse en un clavo» (Morgan, 1989). Necesitamos una caja de herramientas completa.
#5. La cura puede ser peor que la enfermedad.
Las soluciones no sistemáticas a menudo crean el síndrome de dependencia, que se convierte en un hábito adictivo que dificulta gradualmente la capacidad de una organización para resolver sus propios problemas. Dejamos que los expertos resuelvan nuestros problemas, lo que nos hace más dependientes y necesitados de ellos, y menos capaces de comunicarnos y resolver nuestros problemas solos.
#6. Lo más rápido es lo más lento.
Todos los sistemas tienen una velocidad óptima, que no es la velocidad máxima. El cáncer es un ejemplo de células que corren demasiado rápido, lo que desafía al sistema a contrarrestarlas y pone en peligro todo el sistema.
#7. La causa y el efecto no están próximo en el espacio y el tiempo.
Los pequeños cambios pueden tener grandes resultados, pero las áreas con mayor impacto suelen ser las menos visibles. El pensamiento sistémico a menudo muestra que las soluciones obvias a menudo no funcionan. Pero en cambio, el «principio de la palanca» muestra que los cambios pequeños y específicos en los lugares correctos pueden producir mejoras importantes y duraderas. Esto significa detectar puntos de influencia que casi nunca son obvios para los miembros del sistema y que no están cerca en el espacio y el tiempo en términos de síntomas.
#8. Los cambios pequeños pueden producir resultados grandes, pero las zonas de mayor apalancamiento a menudo son las menos obvias
Muchos han llamado al pensamiento sistémico la «nueva ciencia del desconsuelo» porque nos dice que las soluciones más obvias no funcionarán. Resolver problemas difíciles a menudo requiere comprender dónde están los puntos de apalancamiento y, con un esfuerzo mínimo, se pueden realizar cambios que conducen a mejoras significativas y duraderas. No existen reglas simples para operar con un alto apalancamiento, pero hay algunas modos que pueden facilitarlo. Un punto de partida es aprender a ver la «estructura» subyacente en lugar de los «hechos«. Otro punto de partida es pensar en el contexto del proceso de cambio, no en «instantáneas«.
#9. Se pueden alcanzar dos metas aparentemente contradictorias
Un ejemplo es que cree que aprender y divertirse son cosas opuestas y, asumiendo que aprender es aburrido, su enfoque de la educación se basa en «recompensar» el «aprender» con la «recompensa» de «ir de excursión» o por «obtener una A». Estos Conceptos son ajenos al espíritu sistémico que se utilizan en las organizaciones inteligentes, por ejemplo, en las escuelas para niños con alto coeficiente intelectual, el niño nunca es recompensado porque tiene un deseo infinito de saber y aprender cosas de forma natural, divirtiéndose en el mismo acto de aprender. La recompensa perjudica la capacidad de todos nosotros de aprender espontáneamente sin distinguir entre el trabajo del juego.
#10. Dividir un elefante por la mitad no genera dos elefantes pequeños.
Tres ciegos encontraron un elefante. «Es una cosa grande y áspera, como una alfombra», dijo el primero, agarrándose una oreja. El segundo tomó el tronco y dijo: “Yo sé la verdad, es un tubo recto y hueco.” El tercero, tomando una pata delantera, señaló: “Es tan fuerte y sólido como un pilar.” Estos ciegos simularon a los responsables de marketing, producción y finanzas de la empresa. Así nunca sabes lo que es un elefante o una organización. Las cosas no siempre son mejores cuando se ven de manera global, pero imponer divisiones estrictas y altos niveles de especialización entre departamentos puede aumentar drásticamente los costos de coordinación (incluyendo más personas moviéndose entre las partes).
#11. No hay culpa.
Tendemos a culpar de nuestros problemas a circunstancias externas: «alguien» nos lastimó (competidores, medios de comunicación, profesores, etc.). El pensamiento sistémico muestra que nosotros y las causas de nuestros problemas formamos un solo sistema. La cura está en la relación con nuestro «enemigo».
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